El invitado inesperado
Hace unos meses tuve que afrontar una conversación difícil con un cliente, como podía tener implicaciones en nuestra relación comercial, estuve días preparando el enfoque y la estrategia. Y cuando por fin llegó el momento… ¡acabó en desastre total!
¿Porqué? Porque apareció un invitado que no había tenido en cuenta y que echó por tierra toda la estrategia, el invitado fue:
¡La presión del momento!
Cuando enfrentamos un evento desafiante (quizás una conversación, una reunión clave o una presentación), el estrés hace que el ritmo cardíaco se dispare, la visión se estreche (entramos como en mirada de túnel) lo que perjudica nuestra capacidad para pensar, para comunicar y para tomar buenas decisiones.
Dave Alred, uno de los mejores entrenadores de tiro a palos en Rugby de élite, diría que es como tener un millón de mariposas en el estómago. Y, aunque no podemos hacer que desaparezcan, si podemos, alinear a las mariposas en la dirección que queremos.
Alred nos propone distintos recursos para evitar o retrasar lo que denomina el “apagón sensorial” que conduce al bloqueo.
¡Cambia tu posición corporal!
En situaciones de máxima tensión tendemos a encorvarnos y a hacernos más pequeñitos por lo que adoptar una postura erguida, envía un mensaje a nuestra mente de que estamos al mando. Prueba además a sonreír. Es sumamente difícil (diría que imposible) sentir preocupación mientras sonreímos.
Dirige tus pensamientos al objetivo,
no a lo que puedes llegar a perder
Si nos centramos en el riesgo, ¿qué crees que acabará pasando? Sergio Ramos, jugador histórico de la Selección Española y del Real Madrid, reconoció que antes de lanzar un penalti se imagina hacia qué lado saldrá celebrando el gol.
Usa un mantra
Utiliza una secuencia muy sencilla y efectiva de lenguaje que te conecte con el proceso y que te llevará al éxito. Por ejemplo, si estamos haciendo una presentación, repetirnos: Mensaje-Pausa-Sonrisa.
Por último, encontrarse en buena forma y controlar la respiración también nos ayudará a bajar pulsaciones evitando este colapso.
De ahora en adelante, en situaciones de estrés, cuenta con que, lo quieras o no, las mariposas aparecerán y que de ti depende que vuelen en formación.